lunes, 24 de noviembre de 2008

La pequeña muerte...

Después de la tremenda noche de anoche... me quedé pensando en la belleza del orgasmo.

Individualísimo, extraño, sonoro, contenido, explosivo, fugaz, deliciosamente eterno.
Es genial la frase "dime cómo te vienes y te diré quién eres"... me parece bastante acertada. El orgasmo dice tanto de la persona como las líneas de la mano a una gitana. Hay orgasmos furiosos, risueños, sutiles, cómicos, escandalosísimos.


Al respecto dice Galeano:
No nos da risa el amor cuando llega a los más hondo de su viaje, a lo más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que duele.

Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos empieza.
Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser, si matándonos nos nace.