miércoles, 26 de noviembre de 2008

De una de las que me habitan

Nunca le he tenido miedo a la noche, ni al pasado, ni al qué dirán. Bueno, cuando digo nunca no es exactamente nunca.

De pequeña la noche representaba la oscuridad y los miles de fantasmas que mi imaginación creaba. Pasado... pues realmente no había mucho pasado (no contaremos las anteriores vidas) y no sé si me importaba el qué dirán pero sí sé que era una niña penosa en extremo.

Eso, evidentemente, cambió. Y fue un cambio tan repentino que hasta a mí me tomó por sorpresa.
Salió a la superficie un alter ego cuyo nombre pocos conocen (y que no pienso revelar) y de cierta forma tomó el control. Noctámbula, sarcástica, directa y extrovertida, tantas características que pensaba que me eran totalmente ajenas.


Ahora supongo que ella se ha hecho más radical. Casi no se le ve por la superficie pero cuando sale aplica esa frase de “hell breaks loose”.

Así que si un día no me reconocen, ya saben quién llegó a jugar.