Estás acostumbrada a escuchar todo tipo de cosas acerca de ti, todo tipo de adjetivos calificativos que, algunas veces hasta risa te dan, sobre todo si los tomas de quien vienen.
Muchas de estas cosas de las que hablo vienen de gente con la cual en tu vida has cruzado palabra alguna con ellas, otras vienen de personas con las cuales no tienes buena relación, sea por el motivo que sea, y otras vienen de gente que está cargada de envidia hacia ti por X razón.
Algunas de estas cosas que se dicen pueden cambiar cuando la gente se toma la molestia de conocerte, y muchas otras sólo se incrementan, depende de las circunstancias, claro está.
Fresa, mamona, elitista, pendenciera, despreciable, sarcástica, ardida, hipócrita, culera, payasa, insensible, estúpida, extraña, de corazón duro, cabrona, perra, engreída, desgraciada, infeliz, presuntuosa, aprovechada, necia, irónica, chinga quedito, vale madrista, barata, abstracta, loca, asocial, antisocial, sociópata, peor es nada, bla bla bla bla, ustedes escojan. He sido todo esto y otras cosas... es lo de menos, en realidad no me importa.
A lo que voy con esto es que las cosas hay que tomarlas de quien vienen, y a mí en realidad lo que me importa es lo que me dicen las personas a las que les tengo afecto y cariño, es lo que tomo y trato de cambiar.
Lo demás, para mí, como ya dije antes, es lo de menos...