martes, 16 de diciembre de 2008

La soledad

La vi construir su propio refugio, segundos antes de lo que vendrá, como si pudiera adivinar el futuro. No fue fácil levantar un lugar donde poder resguardarse para cuando las lágrimas del sol empiecen a caer sobre las ciudades que algún día serán abandonadas.

Este refugio es un lugar pequeño, pero lo suficientemente resistente para cuando el mundo decida destruirse a sí mismo. No tiene jardín ni hay mascotas en él, no hay fotografías colgadas en las paredes ni televisiones o computadoras; no hay sala o cocina, tampoco ironías o paradigmas, no hay ruido alguno o visiones, no es un lugar lleno de colores.Es un lugar completamente blanco, lleno de vida como su corazón, un lugar lleno de plenitud y esperanza como es su esencia, hermoso y tranquilo como sólo ella puede ser.

Es un refugio del mundo exterior, donde no existe la pena, el llanto ni el dolor, sólo está ella recostada en su interior, lejos de todo, inmersa en aquel hermoso lugar que se llama soledad. No recibe visitas más que en sueños, los que se acercan a su refugio lo hacen con pasos temblorosos y se alejan rápidamente.

Cuando cierra los ojos, se abren ante ella mil mundos distintos y todos son bellos. En la soledad ella es, ella fue, ella será. Es la soledad donde se duerme y se despierta y donde cada noche muere para renacer al salir el sol.

Yo la vi construir su propio refugio y guardé la llave en el bolsillo de mi chamarra. Me gusta entrar a escondidas mientras duerme y disfrutar en la inmensa blancura.

La observo mientras teje en sueños, absorbo sus suspiros y sonrío cuando empieza a desperezarse.

Siempre salgo antes de que abra los ojos, pero aun así creo que los conozco muy bien, esos ojos negros y profundos los he imaginado un millón de veces, los aprendí de memoria...