Yo puedo ser muchas cosas: bruja, loca, soñadora, curiosa, mala pa’ cantar y pa’ las matemáticas, buena pa' los besos y pa' leer. Pero algo que nunca he sido es adivina.
Lo he intentado, claro, pero nomás no me sale. Y eso de ser curiosa hasta la médula y no ser adivina es algo que me complica un poco la existencia (sólo un poco, poquis pues).
Por eso cuando me nació la duda, no me quedó más que preguntar.
¿Qué quieres tú de mí?
Ya le pregunté a éstas que me habitan y no tienen idea, aunque sí intentaron soltarme todas sus teorías al respecto. Evidentemente no les he hecho caso, porque como están igual o peor de locas que yo, sólo me terminarían confundiendo más.
Por eso mejor te pregunto: ¿Qué quieres tú de mí