Tú no sabes todo lo que se echa a andar en mi cabeza cuando te miro sentado debajo del alto o siga de los autos.
Tú no sabes que quisiera pararme frente a ti y sonreírte, quizá sentarme y preguntarte cómo anocheciste o con quién dormiste la última vez que tuviste un cuerpo de mujer bajo el tuyo.
Tú no sabes por qué ni siquiera levanto la vista o la volteo cuando sigo el paso que me urge a llegar a la esquina todas las mañanas.
Recuerdo que un día te vi vaciando la botella de refresco en tu camisa, la de mezcal estaba tirada a un lado, sin una gota encima. Adiviné tu embriaguez.
Recuerdo que no estabas solo, la mujer que te acompañaba reía contigo, te besó en los labios con un lipstick corriente, tanto que te llenó de rosa en torno a tus labios, hasta vi rosa en tu cuello y en tu nariz.
Pasó el tiempo y desapareciste de tu esquina, sentado bajo el semáforo.
Un día te vi de nuevo, esta vez sonreí y tú ni te enteraste. Caminé 10 pasos más, entonces me detuve y decidí cobrarte mi sonrisa. Regresé y me ofreciste un sorbo que tomé –no sin mucho asco.
Un día te vi de nuevo y estuvimos la tarde disculpando nuestras faltas mientras terminábamos la botella.
Un día te vi de nuevo y me enseñaste que ni siquiera el saludo es gratis.
Tú sabías que lo mejor era mantenernos cada uno en su esquina.
Y ni siquiera voltear a mirarnos.
domingo, 30 de noviembre de 2008
sábado, 29 de noviembre de 2008
Los hermanos Noel y Liam Gallagher

Cuando se encendieron las luces y se escucharon las notas de Rock & roll star se me puso la piel chinita chinita.
El concierto corroboró que el carisma de Liam sigue intacto. Este papacito desató la fiebre al compás de canciones como Lyla y Shock of the lightning.

Pasaron lista también Cigarettes and alcohol, Meaning of soul, To be where there’s life.
Después Liam cedió el micrófono a su hermano Noel, quien muy a su estilo interpretó Waiting for the rapture y Chris Sharrock, el baterista, hizo lo suyo con The masterplan.
Regresó Liam con Songbird, Slide away, Morning glory, The importance of being idle y I’m outta time.
Después, sentí cómo se abría el cielo (perdonen lo mamona, pero así fue) cuando llegó la hora de Wonderwall, Supersonic y Don’t look back in anger (tres de mis canciones favoritas de estos cabrones).

Todos los rucos nos emocionamos con las del recuerdo: Acquiesce, Live forever y Champagne supernova.
Confieso que ilusamente esperé que cantaran Little by little o bien Don't go away... tal vez Stand by me.
Lo chido es que ahí me encontré con la bandita del gran Grupo Multimedios (ah, ¿no había mencionado que entré gracias a la técnica del charolazo?) y la pasamos bastante chido.
Lo no tan chido es que me tuve que ir directo del concierto al canal... tenía que trabajar... maldito futbol!
Las fotos son del genial Jorge López... reportero gráfico de MILENIO Diario... excelente compañero, aunque hay días que me dan ganas de ahorcarlo.
viernes, 28 de noviembre de 2008
Cosas que me hacen decir ¡CHALE! 2
¿Qué sucede cuando se va la luz? Al menos en mi colonia, en esta mi cueva... es un caos. Y más bien el caos empieza cuando regresa la luz ¡CHALE!
¿A quién demonios se le ocurrió que era una idea genial agregar relojes digitales a todos los aparatos? Microondas, estéreo, radio, dvd, videocasetera y hasta ¡cafetera!
Y ahí anda uno de obsesiva volviendo a poner en hora todos, no vaya a ser que quiera uno ver si ya pasaron cinco minutos en el reloj del radio y si ya pasó una hora en el de la cafetera.
Además, es muy molesto eso de tener madrecitas luminosas que parpadean con ceros u ochos por todos lados.
************
30 Seconds to Mars... ¿Eso qué? ¿Quién le dijo a Jared Leto que debía formar un grupo así de chafa?
Ya sé, hay a quien le gusta, por supuesto. Muy... respetable también... pero ¡CHALE!
Sufren taaaantoooo cuando tocan que me dan ganas de gritar “¡maten al animal herido!”.
Y luego sus videos... ¡doble CHALE! Yo realmente creo que todos en ese grupo deben tener el pene chiquito porque sus videos siempre son en lugar enorrrrmesssss... ¡Sí, sí, tratan de compensar algo! ¡Y no es sólo su falta de talento!
Chamacos: no porque se maquillen y porque tengan letritas medio sufridoras quiere decir que son rockers... jajajajaja.
¿A quién demonios se le ocurrió que era una idea genial agregar relojes digitales a todos los aparatos? Microondas, estéreo, radio, dvd, videocasetera y hasta ¡cafetera!
Y ahí anda uno de obsesiva volviendo a poner en hora todos, no vaya a ser que quiera uno ver si ya pasaron cinco minutos en el reloj del radio y si ya pasó una hora en el de la cafetera.
Además, es muy molesto eso de tener madrecitas luminosas que parpadean con ceros u ochos por todos lados.
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30 Seconds to Mars... ¿Eso qué? ¿Quién le dijo a Jared Leto que debía formar un grupo así de chafa?
Ya sé, hay a quien le gusta, por supuesto. Muy... respetable también... pero ¡CHALE!
Sufren taaaantoooo cuando tocan que me dan ganas de gritar “¡maten al animal herido!”.
Y luego sus videos... ¡doble CHALE! Yo realmente creo que todos en ese grupo deben tener el pene chiquito porque sus videos siempre son en lugar enorrrrmesssss... ¡Sí, sí, tratan de compensar algo! ¡Y no es sólo su falta de talento!
Chamacos: no porque se maquillen y porque tengan letritas medio sufridoras quiere decir que son rockers... jajajajaja.
jueves, 27 de noviembre de 2008
Citalopram para evitar el estrés
Mar se quitó de encima todo. Tomó su cabello y de uno a uno se sacudió el polvo de encima.
Tiró de a poco su ropa y sacudió su tristeza, su fragor. Tomó las tijeras y se arrancó mechas de cabello, sacudió parte de su tiempo.
Se encajó las uñas en la carne, se encajó las uñas en la carne, se encajó las uñas en su carne. Y no sangró. Entonces pellizcó sus piernas, las golpeo, el puño. ¡Pa!, ¡pa!, ¡pa! Se derrumbó.
Mar, desnuda, sin cabello, de piel arañada, piernas moreteadas y lágrimas derramadas, se acurrucó en el balcón. Estaba destruida. El cielo estaba gris y relampagueaba. Ella miraba la calle. La de enfrente. Vacía. Casa victoriana, ventanas grandes, blancas, maltratadas. Nadie caminaba. Ella estaba ahí, sentada, y nadie lo notaba.
Entonces se levantó, cerró la ventana, tomó su cabello, su ropa, cubrió su piel.
Quemó su tiempo, el de atrás, el que la maltrataba y la hacía vomitar.
Remendó su tristeza y sus alas, las que no usaba para volar.
Ahora todo lo mira desde el cielo. Su cabello es largo, anda desnuda y toma Citalopram para evitar el estrés.
Tiró de a poco su ropa y sacudió su tristeza, su fragor. Tomó las tijeras y se arrancó mechas de cabello, sacudió parte de su tiempo.
Se encajó las uñas en la carne, se encajó las uñas en la carne, se encajó las uñas en su carne. Y no sangró. Entonces pellizcó sus piernas, las golpeo, el puño. ¡Pa!, ¡pa!, ¡pa! Se derrumbó.
Mar, desnuda, sin cabello, de piel arañada, piernas moreteadas y lágrimas derramadas, se acurrucó en el balcón. Estaba destruida. El cielo estaba gris y relampagueaba. Ella miraba la calle. La de enfrente. Vacía. Casa victoriana, ventanas grandes, blancas, maltratadas. Nadie caminaba. Ella estaba ahí, sentada, y nadie lo notaba.
Entonces se levantó, cerró la ventana, tomó su cabello, su ropa, cubrió su piel.
Quemó su tiempo, el de atrás, el que la maltrataba y la hacía vomitar.
Remendó su tristeza y sus alas, las que no usaba para volar.
Ahora todo lo mira desde el cielo. Su cabello es largo, anda desnuda y toma Citalopram para evitar el estrés.
miércoles, 26 de noviembre de 2008
Cinco escenas de un mismo tema o cinco temas de una misma escena
1.
Ella se echó sobre la cama y comenzó a hacerle cosquillas,
él rió como niño,
no paraba de chillar de la risa;
terminó doliéndole el estómago pero logró calmarse
y pudo contarle un chiste.
Ya no se sabe si pararon de reír.
2.
Ella recordaba cada noche el rozar de su espalda contra la pared fría,
él mordiéndole los muslos,
ella retorciéndose,
él con la mirada abierta desde abajo,
la pared fría y él poseyéndola con sus ojos más que con su cuerpo.
3.
Él gritó,
ambos estaban sentados en una banca
era de noche.
La gente de alrededor los ignoraba,
ambos callaban,
llovía.
Ella le besó los ojos,
ambos lloraban,
era todo.
4.
Ella lo perdió de vista por un par de segundos,
ella gritó su nombre,
ella estaba sobre él,
ella tomó su paleta de colores,
ella lo comenzó a pintar,
siempre con los ojos abiertos.
5.
Él la miraba cuando hacían el amor,
él no la perdía de vista mientras hacían el amor
ella lo miró con los ojos abiertos haciéndole el amor
ella lo apresó con los ojos y encerrados en sí mismos hicieron el amor.
Ella se echó sobre la cama y comenzó a hacerle cosquillas,
él rió como niño,
no paraba de chillar de la risa;
terminó doliéndole el estómago pero logró calmarse
y pudo contarle un chiste.
Ya no se sabe si pararon de reír.
2.
Ella recordaba cada noche el rozar de su espalda contra la pared fría,
él mordiéndole los muslos,
ella retorciéndose,
él con la mirada abierta desde abajo,
la pared fría y él poseyéndola con sus ojos más que con su cuerpo.
3.
Él gritó,
ambos estaban sentados en una banca
era de noche.
La gente de alrededor los ignoraba,
ambos callaban,
llovía.
Ella le besó los ojos,
ambos lloraban,
era todo.
4.
Ella lo perdió de vista por un par de segundos,
ella gritó su nombre,
ella estaba sobre él,
ella tomó su paleta de colores,
ella lo comenzó a pintar,
siempre con los ojos abiertos.
5.
Él la miraba cuando hacían el amor,
él no la perdía de vista mientras hacían el amor
ella lo miró con los ojos abiertos haciéndole el amor
ella lo apresó con los ojos y encerrados en sí mismos hicieron el amor.
De una de las que me habitan
Nunca le he tenido miedo a la noche, ni al pasado, ni al qué dirán. Bueno, cuando digo nunca no es exactamente nunca.
De pequeña la noche representaba la oscuridad y los miles de fantasmas que mi imaginación creaba. Pasado... pues realmente no había mucho pasado (no contaremos las anteriores vidas) y no sé si me importaba el qué dirán pero sí sé que era una niña penosa en extremo.
Eso, evidentemente, cambió. Y fue un cambio tan repentino que hasta a mí me tomó por sorpresa.
Salió a la superficie un alter ego cuyo nombre pocos conocen (y que no pienso revelar) y de cierta forma tomó el control. Noctámbula, sarcástica, directa y extrovertida, tantas características que pensaba que me eran totalmente ajenas.
Ahora supongo que ella se ha hecho más radical. Casi no se le ve por la superficie pero cuando sale aplica esa frase de “hell breaks loose”.
Así que si un día no me reconocen, ya saben quién llegó a jugar.
De pequeña la noche representaba la oscuridad y los miles de fantasmas que mi imaginación creaba. Pasado... pues realmente no había mucho pasado (no contaremos las anteriores vidas) y no sé si me importaba el qué dirán pero sí sé que era una niña penosa en extremo.
Eso, evidentemente, cambió. Y fue un cambio tan repentino que hasta a mí me tomó por sorpresa.
Salió a la superficie un alter ego cuyo nombre pocos conocen (y que no pienso revelar) y de cierta forma tomó el control. Noctámbula, sarcástica, directa y extrovertida, tantas características que pensaba que me eran totalmente ajenas.
Ahora supongo que ella se ha hecho más radical. Casi no se le ve por la superficie pero cuando sale aplica esa frase de “hell breaks loose”.
Así que si un día no me reconocen, ya saben quién llegó a jugar.
martes, 25 de noviembre de 2008
Rompiendo el silencio: contra la violencia patriarcal, lucha feminista

Otro año más, el 25 de noviembre se teñirá de negro y de silencio y volveremos a vernos abocadas y abocados a seguir llorando tras los cadáveres entre un mar de velas encendidas en recuerdo de las víctimas.
Pocas voces escucharemos reclamando convertir esta jornada en una auténtica jornada de lucha contra el patriarcado y su expresión más brutal: la violencia de género. Y, sin embargo, hay quienes tenemos el convencimiento profundo de que sólo así seremos capaces de romper con este macabro espectáculo que se sucede año a año y en el que todos los actores y las actrices tienen ya, de antemano, definido su papel.
Hace falta ya que alguien salga a la calle a decir bien alto, rompiendo el silencio, que tanta muerte y tanta agresión impune es sólo la punta del iceberg de una estructura social, el Patriarcado, que se entrecruza de manera cuasi natural con el capitalismo, para perpetuar la doble opresión secular de las mujeres. Y que, por ello, tanta lágrima de cocodrilo derramada no es sino la expresión más hipócrita de quienes, desde el poder o desde otros ámbitos, se encargan de apuntalar de modo bien firme las bases de ambos sistemas de explotación.

No es posible que quienes refuerzan un mercado laboral basado en la explotación de trabajadores y trabajadoras y en el engorde del sistema financiero y otros parásitos capitalistas se lamenten de la situación de dependencia de las mujeres que las aboca inevitablemente a la sumisión.
No es admisible que quienes hacen imposible con sus “pactos sociales” (aunque clamen lo contrario) la conciliación de la vida laboral y familiar, se rasguen las vestiduras por tanta mujer abocada a la pobreza, a la exclusión, a la incultura y a la violencia.
No es aceptable que antes y después de los programas especiales del 25 de noviembre en todos los medios de comunicación, se nos bombardee con basura televisiva que sustenta los modelos familiares más tradicionales, la ideología del amor más rancia, el papel de las mujeres objeto más descarnado y legitima de manera constante el discurso de la Iglesia católica.

No es tolerable que se nos siga mintiendo con los recursos y los medios destinados a la lucha contra la violencia de género pues seguir engordando los juzgados especializados, las unidades policiales contra la violencia hacia las mujeres, los recursos para juicios rápidos o las cárceles sólo nos permite intervenir contra los casos más extremos pero no cuestiona, en absoluto, los cimientos de la sociedad patriarcal (antes bien, la refuerza, perpetuando el carácter de víctima de las mujeres - necesitadas de la “tutela” de las instituciones - y el carácter “protector” del Estado que invade así, con su filosofía penalista, todas las esferas de la lucha contra la violencia).
Sólo desde una perspectiva global que sitúe la necesidad de la doble lucha contra el patriarcado y el capitalismo, seremos capaces de encontrar soluciones superadoras a las múltiples situaciones de violencia que enfrentan las mujeres y que van mucho más allá de las horrendas muertas que este 25 de noviembre, otro año más, nos tocará, sin remedio, recordar.
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