lunes, 27 de octubre de 2008

La pérdida

A veces es como si se me detuviera el tiempo, ¿me entiende? Como si se parara... todo... tantito y luego sigue.
Antes le decía a mi mamá cuando me pasaba pero se asustaba y se ponía a rezar. Lo peor era que luego entraba a mi cuarto a echarme agua bendita como si fuera a apagar un incendio. Por eso ya no le cuento.
Tampoco es que me pase seguido ¿eh? No vaya usté a querer sacarme el chamuco a palos. Como mi tía Lucrecia, que ya andaba convenciendo a mi mamá pa’ llevarme a que me extorsionaran en el mercado Juárez... ¿Qué? ¡Ah! Exorcizar o eso... si le digo que ando ida porque hace poquito que me pasmé, así digo cuando me pasa, que me pasmo, y siempre me quedo tonta luego.
Yo no le veo nada de malo, es como un descanso, ¿ve? Se para todo y luego como si nada. Lo malo es andar ida después. Se me hace que es como lo que les pasa a esos que le meten a la mota, nomás que a ellos lo idos luego les tarda más en quitarse.