miércoles, 6 de febrero de 2008

Tauro


Hoy se detuvo la tierra por segundos y te busqué entre palabras, de esas que siempre tienes para mí, en tres patadas recordé las cosas que van desde un sueño a una pradera, café, tinta china, letras cursivas dentro de diarios que no pertenecen a geishas de seda.
Entonces me di cuenta de que te conozco más de lo que veo, de cómo sudan mis ojos al tenerte enfrente, de cada desnudo que te dedico al susurrar palabras que van directito a tu oído en un compás que tú puedes entenderme.
Y para entonces ya no estamos en el sushi ni leyendo poesía, estamos en la nada entre tu voz y la mía, con nicotina adulterada y puros de cereza.
Espero no te enojes por sacar a pasear a la orquídea, entre letras que no dicen nada, para llevarte al señor sol a secarte todas las gotitas que pudieran estrecharte, hacerte tamalito en la colcha y darte un abracito y decirte ya no tengas más frío, los Miércoles de Ceniza también son domingos cuando se está acompañado.
Y bajarte el arco iris para que tengas todos los colores en tu cuarto y les prendas cerillos de cajas que dicen tu horóscopo.
Tú dijiste un día: “El toro tiene cuernos para defenderse y mostrarse fuerte ante los demás... para cornar a la hembra...”. Entonces te veo como toro todo negro lleno de sexo, porque el cuerno ante todo es el falo glorificado...

Y en las palabras te encontré.

Una vez más te dedico este espacio vacío.