domingo, 24 de febrero de 2008

Eso de estarse quieta y tomar el café callada










Tú que me acusas:






De hacer lo que quiero y de querer lo que hago.
De hacer siempre por los otros y de dejarme hacer por los otros.
De ir y de venir.
De no estar quieta y de ser inquieta.
De estar loca, unos días más que otros.
De siempre ofrecer por querer dar.
De poco hablar, mucho sentir y de demasiado reflexionar.
De ser muy sensible y de ser muy sentida.
De mucho trabajar, mucho fijarme y de mucho gastar...

Gastar la vida, el corazón, el dinero, el tiempo, lo que tengo en todo lo que quiero.

¿Qué quiero?

Me quiero, te quiero, los quiero...


Y sí, sí tienes razón: tengo la culpa.