jueves, 30 de julio de 2009

Entre azul y buenas noches

Le sacó la lengua a su reflejo y comprobó lo que temía: aquel órgano sensible y móvil se encontraba reposando tranquilamente dentro de la cavidad bucal y sobre el labio inferior, pero su color distaba mucho de ser normal.

Observó durante un minuto sus ojos -no más de un minuto, ya que es bien sabido que uno no debe mirarse a los ojos por mucho tiempo pues corre peligro de perderse para siempre en el reflejo-, cerró los párpados y emitió un sonoro suspiro. La cosa no iba bien, nada bien.

Se vistió con una sonrisa y la cabellera perfectamente desordenada y así, sin más, salió a la calle.

Caminaba como si diera tres pasos hacia adelante y uno hacia atrás, entre arrastrando los pies y flotando -entre azul y buenas noches, diría mi abuela-. El sol, reflejado en su pelo, parecía una llamarada que se evaporaba lentamente.

Mientras tanto, su sombra ya se había adelantado casi una cuadra, jugaba divertida a desaparecer en las sombras que proyectaban los árboles sobre la banqueta.

Dos cuadras atrás se encontraba su loca mente que volaba distraída creyendo que llevaba el ritmo de los pies y probablemente otra parte de ella todavía seguía acostada en cama.

Y pese a todo eso, sonreía y el brillo en sus ojos era capaz de reflejar todo lo que la rodeaba.

Llevaba a esa mujer atravesada en el corazón.

miércoles, 29 de julio de 2009

Special needs

Vivir un principio, de nuevo; un primer beso; la primera mirada; una primera vez.

Apreciar el momento, el instante. No echar de menos lo vivido, recordarlo.

Sentirte como si fueses a desaparecer mañana. Desgastar nuestros sentidos con miradas infinitas; perdernos en cada uno de los pliegues de tus sábanas; reírnos infinitamente… sin engaños, sin malentendidos.

martes, 28 de julio de 2009

Wish you were here

De nuevo el largo pasillo. LaMar camina mirando las figuras desgastadas del centro de la alfombra. Sabe que no puede hacer otra cosa. No hay puertas. No hay salidas de emergencia. El corredor y ella se doblan a la izquierda.

Las pequeñas lámparas incrustadas en la pared, casi en el piso, le recuerdan las de un cine: sólo puede ver sus propios pies y las enredaderas y flores sucias que se repiten cada dos pasos en la alfombra. El pasillo la obliga a doblar nuevamente a la izquierda. Una vuelta más y hallará la única puerta que hay en esa oscura herradura.

Esta vez LaMar presiente que encontrará algo distinto, una luz, un espejo. Extiende los brazos y alcanza a rozar las paredes lisas con los dedos. En ellas no hay nada: cuadros, lámparas, bordes, ventanas. Como siempre. No sabe cómo ni porqué termina ahí dentro cada noche. Cuando abre los ojos, aparece en el maldito pasillo. ¿O es cuando los cierra? Lo extraño es que nunca recuerda haberse dormido ni despertado.

Sin el temor ni la angustia de los primeros días, sigue el último giro del corredor. Al fondo distingue la raya de luz debajo de la puerta y sonríe. Deja de mirar el suelo, de tocar las paredes.

Escucha un viejo radio, una guitarra: seguro es el despertador que está programado con su iPod. Sin darse cuenta, ya está silbando I wish you were here. Camina más deprisa, contenta: sabe que todo va a terminar pronto.

A unos pasos de la puerta, la voz de Gilmour se oye nítida: Do you think you can tell... LaMar se detiene, cuando gira la perilla lentamente, recuerda que no tiene grabado nada de Pink Floyd, que no sabe inglés y, sin embargo, entiende: cold comfort for change?

Abre la puerta con el corazón punzándole en los dedos: la luz la enceguece, a tientas da un paso, y otro, y otro: no despierta. La música sigue sonando en otra parte, detrás de los muros.

Reconoce su voz: How, how I wish you were here...

lunes, 27 de julio de 2009

Cómo armar una nota amarillista

Estos últimos días la Niña Pato se queja amargamente de las pocas notas de interés (o sin él) que llegan a la redacción de Milenio.

Desde este humilde espacio le paso al costo tres simples pasos para que los role entre los reporteros y los demás editores de medios impresos en días de sequía.

1.- Encuentre una buena foto

2.- Póngale título

3.- Arme la nota con hartos adjetivos y sin lógica alguna


Acá dejo una foto pa' que practiquen


¡Detienen a una mujer por enseñar las chichis!Santa Catarina/ Milenio
Horrible niña con pelos ralitos y enseñando sus granulientas tepalcuanas fue detenida este sábado por elementos de la Secretaría de Seguridad. “No nos llamó la atención por fea”, dijeron los agentes, “sino porque la vimos rondando los antiguos negocios de NeoSkin y suponemos que iba a entrar a depilarse la espalda”. La horrorosa pequeña declaró: “¡También las peludas merecemos respeto!”.

domingo, 26 de julio de 2009

Lunes

A mí tampoco me gustan los lunes. Paso las horas asomada a la ventana, como tratando de avistar tierra tras el profundo horizonte plomizo, y ni tan siquiera un trozo de madera ilusiona mi esperanza.

Las gaviotas se han ido. Qué lejos estás. Malditos lunes.

Y vuelve a llover de nuevo, o de viejo. Palabras mudas, ladridos huecos. Y mis árboles vuelven a ceder al cruento temporal. Saben que es su única posibilidad de sobrevivir. Me cuentan que conocieron a uno que se mantenía imperturbable a las ventiscas, pero que ya no está. Que se marchó una negra noche de invierno. Yo sé que esta noche no han de callar.

Olvido la distancia, y encuentro tu silencio. Sordo. En breve tu espectral presencia inunda mi casa. Y mi vida. Pero es fría. Como este lunes.

Que poco me gustan los lunes. Están consiguiendo ponerme triste. Ya paro.

La pérdida

Estabas ahí, pero no estabas. Te cuesta tanto explicar cómo te costó pasar por eso. Tantos te reclamaron por no haber dicho algo en ese momento.

¿Cómo explica uno que sí, que se está ahí físicamente, pero que dentro de ese cuerpo, la verdadera esencia de uno está secuestrada en una esfera que flota sabe dios dónde? ¿Con qué cara llega uno a decirle a los amigos “creo que me estoy volviendo loca”? ¿Y quién podría haber hecho algo al respecto?

Además, no podrías haber dicho nada de nada porque la ausencia te invadía. Te quedaste pasmada tantas veces sin saber siquiera en qué estabas pensando o si estabas pensando.
La sensación física era terrible también, como tener una bomba dentro, tic tac tic tac tic tac, todo el tiempo. Y ese tic tac tic tac llevaba inevitablemente a la angustia, y la angustia parecía aumentar la intensidad del tic tac tic tac.


Hablar con la gente era peor, los veías como desde dentro de una pecera, los veías hablar y no sabías con qué cara los estabas viendo, cuáles eran tus gestos.

No sabes cuántas veces llegaste a casa sin tener conciencia de haber caminado hasta ahí. Tampoco sabes cómo llegaste a cada lugar que fuiste mientras duró esa pesadilla. Pasaste esos días de laguna en laguna, descubriendo sorprendida que ya estabas en el parque, que ya habías llegado al cine, que a alguna hora te habías quedado dormida y estaba empezando un día más, que habías leído el periódico sin recordar ni una sola de las noticias.

¿Cómo no ibas a pensar que te estabas volviendo loca? Fue incluso peor cuando además de la angustia se instaló la tristeza.

Entonces sí pensaste que estabas perdida.

La escena debió verse bastante curiosa: la mujer caminando lentamente, mirando todo a su alrededor pero con la mirada perdida y un gesto indefinido en el rostro. De un paso al siguiente, lágrimas y más lágrimas y ni una sola palabra.

Muy dentro de ti, en algún lugar escondido y profundo, una voz no se cansaba de repetir “sal de ahí, despierta, no te quedes flotando eternamente”. Era una voz pequeñita pero constante y creo que esa voz fue la que finalmente te hizo quebrar la esfera y respirar de nuevo.

Estuviste perdida, prisionera dentro de ti misma.

¿Se siente bien estar de vuelta?

sábado, 25 de julio de 2009

El eterno resplandor de una mente sin recuerdos

¡Qué felices son aquellos que viven sin culpa!
Ellos se olvidan del mundo y son olvidados por éste.
El eterno resplandor de una mente sin recuerdos
que sólo acepta sus oraciones y rechaza sus deseos
Alexander Pope (1688-1744)


En la vida, sólo hay una cosa segura aparte de la muerte y los impuestos… No importa lo duro que lo intentes, no importa lo buenas que sean tus intenciones, vas a cometer errores. Vas a hacer daño a la gente. Van a hacerte daño. Y si quieres recuperarte… Sólo hay una cosa que puedes decir.

Perdonar y olvidar. Eso es lo que dicen. Es un buen consejo, pero no es muy práctico. Cuando alguien nos hace daño queremos devolvérsela. Cuando alguien hace que nos equivoquemos, queremos tener razón. Sin el perdón, nunca se ajustan las cuentas, las viejas heridas nunca se curan. Y lo máximo que podemos esperar es que un día, tengamos la suerte de poder olvidar.

En la vida tienes que tomar decisiones, aunque no quieras, tienes que hacerlo. No puedes permanecer un tiempo indefinido sin al menos intentar agarrar un poco las riendas de tu propia vida que parece un caballo desbocado.

La tentación de empezar de cero siempre está, pero yo creo que empezar de cero es totalmente imposible. Las heridas, cicatrices, errores, nos persiguen, no importa donde vayamos, no importa porque forman parte de nosotros y por tanto para empezar de cero se necesitaría olvidar todo lo aprendido. No es factible.

Pero te sientes un poco poderoso cuando al menos decides tomar un poco el control, dejar de sentir que vas a la deriva, y preocuparte por lo que realmente necesitas. A veces escoger es terriblemente doloroso, pero aún así, lo tienes que hacer.

viernes, 24 de julio de 2009

Alicia y un mundo loco

...y corrió, y corrió, y corrió. Lo hizo con todas sus fuerzas, con toda su alma. Lo hizo como no lo había hecho nunca.

Un manto pizarra vestía en tormenta el arrasador cielo de la bochornosa tarde. Las primeras gotas caían como losas sobre la reseca hierba, anegando una tierra incapaz de soportar tan repentino bombardeo. Pero ella no se daba cuenta, y seguía su apresurada marcha. Corría, corría y corría, como si no tuviese otra cosa en la vida que hacer.

Exhausta, cayó de bruces al pie del olmo seco, y arrodillada, comprobó con desesperación que no había conseguido avanzar ni un solo metro del lugar donde minutos antes había iniciado su fatigosa huida. Respiraba torpemente, abriendo la boca lo máximo que le permitían sus mandíbulas. Decidió rendirse, y cuando recobró el primer aliento, decidió preguntarle a ella, a la reina roja:

- ¿Cómo es posible? Llevo corriendo varios minutos y no he logrado separarme ni un centímetro de este árbol.

- Lógico - respondió con cierto aire de desdén la reina.

- ¿Pero por qué? En mi mundo, si te mueves te alejas de los objetos. Los dejas atrás. Acercas tu cuerpo a unos nuevos, pero los antiguos los abandonas por siempre- dijo esa Alicia expulsada al País de las Maravillas.

- Lento mundo el tuyo. Aquí, éste, corre tanto como tú. Si deseas avanzar, debes correr el doble que él- sentenció.

Abatida, Alicia comprendió que la misma reina que había dado muerte al tiempo, de igual manera había conseguido hacer desaparecer el espacio. Y se conformó con ver pasar los días, no los minutos, porque estos siempre eran el mismo minuto. La misma hora. Y se conformó con permanecer por siempre anclada en el mismo lugar, puesto que por más que intentara evitarlo, el mundo correría a su misma velocidad...

jueves, 16 de julio de 2009

De noche vino por ti

Entró al cuarto decidida pero sin prisas, arrastraba un poco los pies aunque caminaba erguida.

Te miraba a los ojos con una mezcla de dulzura y pasión mientras se iba quitando todo, menos la sonrisa.

Por ahí quedó tirado el abrigo, un zapato por aquí, otro por allá. Poco a poco iba develando tramos de piel, parecía florecer cuando el frío del cuarto le alborotaba los poros.

Venía por abrazos, por besos y tú eras toda cariños y mimos para ella.

jueves, 2 de julio de 2009

Cavando

Hay ciertos momentos en la vida en que, cuando la gente (entendiendo aquí por gente algo así como tu persona más cercana de alguna esfera vivencial) empieza a fallarte, es cuando más la necesitas. Y no puedes decir nada, porque hay tratos, hay deber, hay limitaciones y la institución de la promesa.
Y necesitas una bofetada. Una bofetada ajena que te diga "Nada va a salir bien y lo sabes".


Y la gente falla.
Y tú tocas fondo, pero sigues cavando.


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Ok ok… yo también he fallado.