La cuestión no era que el tiempo se detuviera, eso ya lo había experimentado antes, al leer un libro que realmente le gustaba, al quedarse horas escribiendo una historia... La cuestión era que todo a su alrededor desaparecía y de pronto sentía como si hubiese sido transportada a un universo paralelo en el que sólo existían él y ella.
Sucedía casi sin aviso, a veces a la mitad de un beso, a veces entre un abrazo, otras simplemente cuando al mirarse a los ojos se encontraban en el asombro y sonreían.
¿Cómo explicar eso? De ninguna forma. Son esos misterios de la vida que no requieren explicación, son esas pequeñas maravillas que se disfrutan y se viven y nada más.