jueves, 17 de abril de 2008

Jugando con las nubes y los recuerdos




A veces, como cuando era niña, juego a adivinar las formas que toman las baldosas... también lo hago con las nubes, pero sólo cuando hago un viaje largo en coche, y ahora no viene al caso.
A veces lanzo preguntas al aire y me llegan las respuestas años más tarde... mi abuela Rosa decía que eso es en lo que consiste la experiencia... y ya debo tener alguna... porque hoy me sentí mayor cuando un niño de unos quince años me pidió fuego para su tabaco... ¡Dios! Cómo entendí aquello de ¡no fumes, niña! Y también me acordé de la rabia que me daba que me dijeran niña... así que no le dije nada... simplemente no le di fuego y aquel niño me miró con mis mismos ojos... los de entonces.


Otras veces los recuerdos que con el paso del tiempo voy olvidando... invaden mi mente y se dejan intuir de la misma forma que los dibujos de las baldosas... entonces puedo revivirlos como entonces... ya no te añoro, pero pensarte me da nostalgia.


Me pregunto tan sólo si serás feliz, y si alguna vez sin añorarme también sientes nostalgia de todas aquellas cosas que no viviremos.


Y a la vez... después de mucho tiempo, las cosas encajan. Y encuentro respuestas.


Pero ya... ya no importa.