jueves, 4 de septiembre de 2008

Hoy por ti… mañana por mí

Me siento mal. He llegado a pensar que la mayoría de la gente es una egoísta o yo soy estúpidamente desinteresada.
Esta semana necesitaba ayuda y pensé que sería algo muy sencillo de resolver (y lo fue, pero el apoyo vino de alguien que no esperaba).
Ahora tengo una nueva clasificación de la especie humana con base en la necesidad.

Los que siempre necesitan algo.

Este espécimen no se muerde la lengua y sin rodeos te pide el teléfono de tal o cual persona que necesitan contactar (es despreciable que sólo te hablen cuando necesitan algo, pero tienen mi respeto por la franqueza).

Los que te quieren mucho y te hablarían más seguido, pero sólo lo hacen cuando algo les urge.
Este prototipo de persona es aquel que te adula, te dice lo importante que resultas en su vida (nunca te envía ni un mail en tu cumpleaños, pero eres súper importante para ellos) que esta vez eres la única persona a la que pueden recurrir. Los ayudas y vuelven a desaparecer por meses y hasta años.

Los que cuando los necesitas, tienen intención de ayudarte pero jamás coinciden, sin embargo ellos siempre te encuentran a ti.
Te salen con las siguientes frases:
*Neta… ¿Tienes el mismo teléfono?
*Pero si te mandé un mail. ¿No lo recibiste?
*Perdí mi celular y no tengo a la mano el contacto que me pides (ojo, perdieron el celular y te llaman a los pocos días de haber extraviado la agenda. ¿No perdieron tu número también?).

No todo es malo, también sobreviven las buenas personas.

Los que no te han pedido ningún favor y salen en tu ayuda cuando menos te lo esperas.
-Escuché que necesitabas esto…
Me cae que te cambian el día.

Con los que siempre cuentas y a veces ya no quieres molestar.
No tengo que describirlos, gracias a ellos aún mantengo la esperanza de que la raza humana no sólo se mueve por intereses perversos, dinero o contactos.

A mí me gusta ayudar (cuando está a mi alcance, trato de no fallarle a quien me necesita). Pero he abierto lo ojos esta última semana que necesité algo, si quieren llamémosle una insignificancia. Ya cuando pensé que no lo conseguiría, la ayuda vino de alguien a quien le agradezco su apoyo y espero hacerlo recíproco pronto.