-Ten, pequeña enajenada consumista, como no encontré ningún eunuco en las jugueterías, yo misma te hice uno con tu muñeco Ken.
-Pero tía, yo quería un Nenuco... los venden el Liverpool.
-Tía (snif, snif), estoy triste por el niño pobre de la canción de El niño del tambor.
-Ven acá pequeño Pato, límpiate esas lágrimas, en la vida real la gente pobre no tiene instrumentos musicales y mucho menos canta canciones en Navidad; en la Navidad, la gente pobre pide limosna en las calles, lejos de nosotros.
-Dicen que para el 2008 viene una devaluación muy fuerte, ¿será cierto, Romi?
-Quién sabe tío, pero sería terrible que justo cuando apenas te estás recuperando de la devaluación de 1994, llegue una nueva.
-Mira, Romina, ¿ya contaste cuántos somos?, ¡37 personas!, creo que nunca habíamos venido tanta familia a la cena de Año Nuevo.
-Sí, ése es uno de los inconvenientes de la familia, que cada año crece. Voy por un tequila.