jueves, 24 de enero de 2008

Me urge seguir con el pepsicólogo

Las imágenes que perciben los dípteros con ese ocular par difracta la percepción que del mundo tienen, viendo las cosas como un calidoscopio que entraña la esencia del visible de los 400 a los 700 nanómetros aproximadamente.
Me interesaría percibir el mundo como las moscas, es decir, que lo visto pudiera descomponerse de formas angulares en un juego de espejos que permitiera ver desde ángulos diversos lo acontecido.
No lo sabía, pero a últimas fechas acontecimientos diversos (que en verdad no vienen tanto al caso... bueno, sí, pero no los evidenciaré) han hecho que la percepción que tengo de la Romina que habita el otro lado del espejo se difracte como haz de luz en prisma ortogonal.
Así, me gustaría poseer, quizá no literalmente por razones meramente estéticas, un par de ojos de mosca para verme reflejada de formas tales en diversas situaciones, entender mejor lo que hago, pues después de analizarlo, llego a conclusiones absurdas: entender un poco más aquello que la gente llama amistad, aquello que los hombres llaman humanidad, entender un poco mejor 31 años de malgastada vida.