Hoy es lunes, con un clima masomenos húmedo, con llamadas, con entradas y salidas, con viaje a Linares. Lunes de pendientes, de anotaciones, de curso, de fotografías; lunes incongruente, de vestidas, de joterías, de coca cola con menta y duraznos en almíbar.
Hoy es lunes, pero no como cualquier lunes, es un día más desapercibido y percibido, de adioses y bienvenidas, de desapegos, de nostalgia podrida, de un papá que se fue y ya no está.
Un lunes, como el martes o miércoles que ya no viene.
Un lunes de casi otoño, un día de la semana no feriado, un lunes que esperaba desde el viernes, o desde dos años atrás, un lunes donde puedes leer esto, o donde puedes leer pasado mañana.
Un lunes donde no me extrañan porque es igual al resto de la semana, en donde saben que no estoy pero no saben lo que pasa; lunes invisible, de flores secas color violeta, de cenizas de reno en un frasco transparente, de ésas que no quedan nada.
Hoy es lunes, mi lunes, cabalístico día, a las cinco cero cinco, de una tarde, en donde observan 3 personas al aire, afuera, la tierra, que no se toca, pero que se queda.