martes, 10 de marzo de 2009

De una de las que me habitan

1.
Despertó un día con la extraña sensación de estar un poco oprimida, un poco ausente, un tanto encerrada.

Después del baño se observó largo rato en el espejo, algo había cambiado pero no lograba comprender qué era. Finalmente esos ojos que le devolvían la mirada eran los suyos.

Probablemente pasó días con esa sensación rondando por toda su humanidad hasta que se dio cuenta... era, efectivamente, ella pero otra...

Una de las tantas que la habitaban había salido a jugar y en un descuido de la conciencia se había quedado afuera. Era esa otra la que hablaba, la que afilaba el cuchillo y el sarcasmo. Esa que tenía tan escondida normalmente ahora parecía estar al mando.

Los ojos del espejo le guiñaban con un sutil dejo de malicia, su mente era una navaja...


2.
Ella se descubrió Mujer-Marea un día y le gustó.

No sabía que al ser Mujer-Marea le tocaba, en evidente y directa relación, ser Mujer-Luna.

Por tanto, era también Mujer-Torrente, Mujer-Amante y tantas más que decidió ser Mujer-TodasEnUna.